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NOVENA DE LOS SAGRADO CORAZONES DE JESUS Y MARIA

  • Foto del escritor: Matrimonio con Dios
    Matrimonio con Dios
  • 8 jun 2021
  • 4 Min. de lectura


Las 33 promesas de Jesús para aquellos que hagan la doble novena


  1. Todo lo que me pidan por medio del Corazón de mi Madre –a condición de que la petición sea compatible con la voluntad del Padre- lo concederé durante la novena.

  2. Sentirán en cada circunstancia la extraordinaria ayuda de mi Madre, junto con sus bendiciones.

  3. Paz, armonía y amor reinarán en sus almas y en las almas de los miembros de sus familias.

  4. Protegeré a sus familias de contrariedades, engaños e injusticias.

  5. Los matrimonios se mantendrán juntos y, si uno ya se ha ido, él o ella, volverá.

  6. Los miembros de sus familias se comprenderán unos con otros y perseverarán en la fe.

  7. Las madres, en particular las que esperan, recibirán una especial protección para ellas, así como para sus hijos.

  8. Los pobres recibirán alojamiento y comida.

  9. Los llevaré a amar la oración y el sufrimiento. Aprenderán a amar a Dios y a sus prójimos.

  10. Los pecadores se convertirán sin dificultad aunque sea otra la persona que hace esta novena por ellos.

  11. Los pecadores no volverán a caer en su estado anterior. No solamente recibirán perdón por sus pecados sino que, a través de una perfecta contrición y amor, recuperarán la inocencia bautismal.

  12. Aquellos que hagan esta novena en su inocencia bautismal (especialmente los niños) nunca ofenderán a mi corazón con pecados graves.

  13. Los pecadores que se arrepientan sinceramente escaparán no sólo del infierno sino también del purgatorio.

  14. Los creyentes tibios se volverán fervorosos, perseverarán y alcanzarán la perfección y la santidad en un corto tiempo.

  15. Si los padres u otros miembros de la familia hacen esta novena, ninguno de esa familia será condenado al infierno.

  16. Mucha gente joven recibirá el llamado a la vida religiosa y al sacerdocio.

  17. Los descreídos se volverán creyentes y aquellos que andan sin dirección volverán a la Iglesia.

  18. Los sacerdotes y religiosos permanecerán fieles a su vocación. Los que no fueron fieles recibirán la gracia de una sincera contrición y la posibilidad de regresar.

  19. Los padres y la gente en posiciones de mando recibirán ayuda en sus necesidades espirituales y materiales.

  20. El cuerpo estará libre de tentaciones del mundo y de la carne.

  21. El orgulloso se volverá humilde; el impetuoso se volverá amoroso.

  22. Las almas fervorosas sentirán la dulzura de la oración y el sacrificio; nunca serán atormentadas por la inquietud o la duda.

  23. Las personas agonizantes no sufrirán los ataques de Satanás. Se irán súbitamente, con una muerte inesperada.

  24. Los moribundos experimentarán un deseo vehemente de la vida eterna; de este modo, ellos se abandonarán a mi voluntad y se irán de la vida en los brazos de mi Madre.

  25. Sentirán la extraordinaria protección de mi Madre en el juicio final.

  26. Recibirán la gracia de tener compasión y amor hacia mi sufrimiento y el de mi Madre.

  27. Aquellos que se esfuerzan por ser perfectos obtendrán como un privilegio las principales virtudes de mi Madre: humildad, amor y pureza.

  28. Estarán acompañados con cierta alegría exterior e interior y con paz a lo largo de sus vidas, estén enfermos o sanos.

  29. Los sacerdotes recibirán la gracia de vivir en la presencia de mi Madre sin ninguna adversidad.

  30. Aquellos que progresen en su unión Conmigo recibirán la gracia de sentir esta unión. Sabrán lo que significa: «ellos ya no vivirán, sino que Yo viviré en ellos». Es decir, amaré con sus corazones, oraré con sus almas, hablaré con sus lenguas, y serviré con todo su ser. Experimentarán que lo bueno, hermoso, santo, humilde, manso, valioso y admirable en ellos, soy Yo. Yo, el Omnipotente, el Infinito, el único Señor, el único Dios, el único Amor.

  31. Las almas de aquellos que hagan esta novena estarán radiantes como lirios blancos alrededor del Corazón de mi Madre por toda la eternidad.

  32. Yo, el Divino Cordero de Dios, unido con mi Madre y con el Espíritu Santo, nos regocijaremos para siempre viendo las almas que a través del Inmaculado Corazón de mi Madre, ganarán la gloria de la eternidad.

  33. Las almas de los sacerdotes avanzarán siempre en fe y en virtud.

La gran promesa de María

«Las puertas del infierno estarán cerradas el primer sábado de cada mes. Nadie entrará al infierno en ese día. Sin embargo, las puertas del Purgatorio estarán abiertas. Así muchas almas podrán alcanzar el cielo. Ésta es la obra del Amor misericordioso de mi Hijo. Ésta es la recompensa para esas almas que veneran a mi Inmaculado Corazón».

Cuando el Salvador me habló de los primeros sábados no estaba yo enterada que la Santísima Virgen en Fátima había pedido solamente cinco primeros sábados, en comparación con los nueve de los mensajes que yo había recibido. Por lo tanto, las autoridades de la Iglesia quisieron saber por qué el Salvador pidió nueve mientras la Virgen María en Fátima había pedido sólo cinco.

El Divino Salvador contestó: «La petición de mi Madre de cinco sábados es signo de su humildad. Aunque Ella es glorificada en el cielo, vive en el espíritu de la humildad y por lo tanto Ella no se considera merecedora de recibir ninguna devoción que sea igual a la Mía. Mi petición es una señal de mi amor, que no puede soportar la idea de recibir más que Ella quien está tan unida a Mí en este amor».

Por esto entendí que la razón por la que debe hacerse reparación en los nueve primeros sábados es porque Jesús pidió nueve viernes para Él a santa Margarita María Alacoque. Con eso nosotros consolaremos a Jesús y honraremos a Nuestra Señora, entregándonos a ella, y así por medio de su Inmaculado Corazón llegaremos a Jesús.


PUEDES DESCARGAR EL PDF DE LA CORONILLA:




 
 
 

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